The Wanderer: A Tear For Tomorrow
El Errante: Una Lágrima Por El Mañana.
Después de un buen rato de escribir, pensar y pasar horas en P&P sin hacer nada, me decidí por comenzar este fic que se supone es una serie de dos partes: La primera es esta, A Tear For Tomorrow, y la segunda se llama A Trace To Remember (Un Rastro Para Recordar) que ya tenía lista desde hace un buen tiempo.
El género de este fic es suspenso, psicológico y sobrenatural, pero claro, siempre con unos pequeños toques de humor, romance y drama.
Dependiendo de qué tan bien o qué tan mal me vaya con esta, podría poner la otra.
Capítulo 1: Una lágrima por hoy.
Capítulo 2: Una lágrima por mi cordura.
Capítulo 3: Una lágrima por la amistad.
Después de leer el mensaje, Leon sólo pensó:
-"Este mensaje me lo envió Camille cuando el profesor se vio involucrado en el accidente. ¿Pero por qué aún lo tengo?, Camille debió haber tomado su ruta normal a casa".
Quizá tratando de ser optimista, Leon se mantuvo relajado, pero en el fondo él ya tenía una idea del peor escenario posible: Camille había tomado su ruta usual debido a que no vio el accidente en las noticias. Él sabía muy bien lo que eso implicaba, aunque podría ser muy sobreestimado. Es posible que Camille simplemente no haya asistido por estar enferma o alguna otra razón.
Su ausencia no podía probar las especulaciones de Leon, más sin embargo la preocupación lo invadía por completo hasta el punto de no poder distraerse con nada más.
Decidió ocultarle el asunto a Sato diciendo:
-"Podemos ir a ver si está bien luego de la primera hora" Dijo, sin hacer contacto visual. Claro, hubiese sido algo exagerado el salir solo porque Camille casualmente faltó un día a clase.
Sato asintió con la cabeza.
Parecía una eternidad, lo único que podía hacer era pensar en qué pudo haberle pasado a Camille, no era normal que ella no le escribiera camino a la escuela, y la última serie de eventos lo ha mantenido excesivamente agitado tanto física como mentalmente. En medio de su desesperación revisó la hora en su celular; Faltaban aproximadamente 20 minutos para terminar la clase. Él bien sabía que no podía esperar tanto, o iba a empezar a volverse loco. La duda lo estaba carcomiendo desde lo profundo de su ser. Pidió permiso al profesor para salir e inmediatamente le escribió a Sato:
-"Sal del salón, acompáñame a buscar a Camille"
Un par de minutos después salió Sato.
-"¿Cuál es la prisa, Leon? ¿Pasó algo malo?" Hizo eco en el pasillo.
-"Baja la voz, tenemos que escapar para ver si Camille está bien" Respondió Leon.
-"Gracias por responder; No importa, estoy contigo, la clase estaba muy aburrida así que en marcha" Le dijo Sato.
Ambos salieron de la escuela. No hizo falta discutir nada, estaba claro para ellos que la casa de Camille sería la primera parada. Y para Leon, eso significaba pasar por el lugar donde se supone ocurriría el accidente. No había tiempo que perder.
Camino a casa de Camille ven a un hombre con una gabardina pero le hacen caso omiso. Leon no lo había visto antes, y Sato no podía acordarse de la persona porque eso había sido en otra repetición del día. De cualquier manera, no tardaron mucho tiempo para llegar a la intersección donde se supone que el profesor iba a chocar esta mañana.
-"..." El silencio era fuerte dentro de los personajes. Sólo se escuchaban sirenas de policía y autos en medio de un congestionamiento.
Ahí estaba yaciendo en el suelo, un cuerpo. Estaba lleno de raspaduras causadas por el asfalto; Era una chica de pelo castaño claro, llevaba el uniforme de la Secundaria Lambda; No hacía falta mirar dos veces, era Camille, indiscutiblemente.
Sato corrió a la escena, le dijo a los policías que él era su compañero de clase y ellos les respondieron que sólo se encontraba inconsciente pero que debían llevarla al hospital lo más pronto posible. La ambulancia ya estaba preparándose para llevarla, así que les pidió permiso para acompañarla al hospital.
Leon no pudo actuar, sólo maldecirse por no poder hacer nada. Sato se volteó hacia él y le dijo lleno de determinación:
-"Dile a la madre de Camille. Yo la acompañaré al hospital"
No había mucho tiempo para razonar, pero aun así Leon pensó:
-"Sato se ve que es capaz de manejar este tipo de situaciones. ¿Acaso él siempre había sido así? Este no es el Sato colérico e inquieto que suelo ver".
Leon corrió a toda velocidad a la casa de Camille y le contó a su madre, quién no podía evitar llorar camino al hospital.
Se reunieron todos afuera de la sala de emergencias; los doctores no los dejaban pasar. Al cabo de una hora aún no había señales de nada, Leon decidió ir a la máquina expendedora para calmar los nervios, ya no soportaba esperar más, lo poco que le quedaba de tranquilidad se le esfumaba en cuestión de segundos. En su trayectoria pasando uno de los corredores vio algo que lo dejó petrificado: era él.
Al otro lado del corredor había una persona exactamente igual a el en toda proporción, con el mismo rostro y el mismo uniforme. Era tan real que pensó que había un espejo, aunque esa idea dejó su mente en un instante. Su doble lo miraba de forma amenazante, dio un par de pasos y seguidamente empezó a correr desde el otro extremo hasta él. Sintió un susto fuera de lo normal en ese momento, el tiempo se había vuelto pesado y en fracciones de segundo ya sabía que debía huir de ahí. Sin entender absolutamente nada, Leon se volteó y empezó a correr hacia el lado contrario, pasando pasillos, escaleras y demás; no conseguía despistarlo ni por un segundo, hasta que una camilla lo hizo tropezar y pudo adelantarse lo suficiente como para perderlo de vista.
Seguidamente un hombre de gabardina lo tomo del brazo y lo jaló hacia una habitación, haciéndole señas para que se mantuviera en silencio, cosa que no hizo:
-"¡Hey! ¿¡Cuál es tu maldito problema!? ¡Suéltame!" Leon trataba de zafarse del hombre.
-"¡Baja la voz! No quieres que él te alcance, es peligroso" Respondió.
-"De acuerdo, de acuerdo ¡Pero suéltame!" Insistió Leon.
-"Tú también has alterado el tiempo. ¿Qué has hecho?" Dijo el hombre mientras lo dejaba ir.
Leon no tenía intención alguna de permanecer con él, ¿Qué clase de loco se había encontrado? En un intento por golpearlo, el hombre bloqueó el puño de Leon y le propició uno en el estómago, sacándole el aire.
-"Ni modo, no te quedas quieto, tendré que llevarte conmigo" Decía el hombre mientras salía por una ventana del hospital cargando a Leon.
Para nuestro protagonista todo permaneció oscuro, se había desmayado una vez más y ya empezaba a acostumbrarse a ello.
Poco a poco abrió los ojos; Sentía el cuerpo pesado y sin energía. Tenía la garganta seca y un pequeño mareo. Cuando por fin recobró la conciencia, se dió cuenta de que estaba en una habitación oscura, atado de manos y pies a una silla. No tenía fuerzas en lo absoluto. El hombre de gabardina estaba al otro lado del cuarto utilizando varios aparatos extraños y escribiendo en una computadora. Leon no lo había notado pero tenía unos cables encima con unas cosas pegadas al cuerpo; Se podía escuchar un sonido bastante molesto y persistente salir de uno de los monitores, como aquél sonido que hacen los medidores de pulso del hospital.
-"Despertaste" Se escuchó en la habitación. "Muy probablemente no puedas hablar aún, te he inyectado un anestésico bastante fuerte. Es una pequeña alteración de la prometazina. Por si no estás familiarizado con ella, es un sedante bastante poderoso."
Leon intentó hacer varios sonidos de auxilio pero su cuerpo no le respondía en lo absoluto, no podía hablar, no podía moverse, su desesperación era en vano.
-"Primero que nada, permíteme disculparme, necesitaba que te mantuvieras quieto. Espero entiendas que la situación en la que te encontrabas era bastante peligrosa. Imagino que debes tener muchas preguntas así que trataré de resumir la historia: Mi nombre es Raffaele Klein, soy miembro de una organización llamada CODIAC. Si me permites -bueno, clare que me permites, no hay mucho que puedas hacer ahora- debo decir que soy un miembro de alto rango, actualmente opero para el proyecto C.A.N.E., que significa: 'Control de Anomalías Espacio-Temporales'. Estoy bastante seguro de que ya has experimentado alguna anomalía espacio-temporal, ya que de lo contrario, no habría aparecido un doble. Lo que está sucediendo es que de algún modo u otro has alterado el curso natural de esta línea temporal, y debido a esa razón, un 'tú' de otra línea temporal está tratando de erradicar el problema de raíz. En pocas palabras, si no te hubiese secuestrado, tu doble te hubiese matado. Esto según nuestras investigaciones, es parte de un sistema de autodefensa que utiliza el multiverso. Pero no debes preocuparte, conmigo estas a salvo."
Se escuchó el silencio en la habitación, Leon aún no podía decir nada, de hecho no entendía nada, la explicación del hombre había sido tan vaga que hasta él la pudo haber hecho mejor, pero a estas alturas ya no importaba: Lo que estaba sucediendo era tan fuera de lo común que cualquier explicación le servía. Con todas sus fuerzas trató de decir algo, pero:
-"¿C-C-CODIAC?" Fue lo único que logró pronunciar.
-"Sí, CODIAC, es una organización secreta financiada por un reconocido político. Las siglas se traducen en 'Central Operativa de Dispersión de Inteligencia y Actividad Clarividente'. Sé que te preguntas el por qué te cuento todo esto si somos una organización secreta, pero es parte de nuestro protocolo proteger a aquellos que se ven involucrados en este tipo de eventos, y estoy muy seguro de que tú no ibas a quedarte tranquilo hasta que tuvieses una explicación. No puedo darte muchos detalles, y espero que entiendas eso, la mayoría de lo que te he dicho ya, es información clasificada." Le explicaba Raffaele manteniendo una cara muy relajada y hasta sonriente.
Leon estaba muy cansado, su visión se tornaba algo borrosa y sus párpados le pesaban, honestamente le importaba un bledo lo que le dijera este extraño; Su respiración se hacía cada vez más lenta, sentía que estaba perdiendo la conciencia de nuevo, hasta que un sonido lo hizo recapacitar. Su tono de celular retumbó en la habitación. Raffaele lo tomó y dijo:
-"Quiero que hagas exactamente lo que te voy a decir. Toma el teléfono y contesta como normalmente lo harías, ¿de acuerdo? Si necesitas una excusa para no estar en el hospital, solo dí que saliste a tomar un respiro".
Leon lo tomó y observó la pantalla, era Sato. Seguidamente contestó:
-"A-a-aló" Tratando lo más que podía en pronunciar bien las palabras.
-"¿Leon? ¿¡A dónde te has ido!? ¿¡Por qué demonios no estás aquí!?" Dijo Sato con una voz intensa.
-"S-salí a t-tomar un r-respiro" Respondió Leon con una voz temblorosa. "¿C-como e-está C-cam-mille?".
-"..." Súbitamente la conversación quedó en silencio. Pero Leon podía escuchar lo que ocurría del otro lado del teléfono: Se escuchaba el llanto de una mujer.
Capítulo 4: Una lágrima por mis recuerdos.
Capítulo 5: Una lágrima por la causalidad.
-"Por favor sal de la habitación y espérame en el pasillo". Se escuchó la voz de nuevo.
Sin saber qué iba a suceder, Leon dio un paso afuera de la habitación para encontrarse con un hombre que llegaba por el lado derecho del pasillo. Se veía algo viejo, con cabello marrón claro y echado hacia atrás. Tenía una gabardina que le llegaba casi a las rodillas. Lo que lo sorprendió más fue el hecho de ver que el hombre llevaba un arma en el cinturón. Él no sabía si estar asustado.
-"Hola Leon, encantado de conocerte, soy Raffaele" fue lo que dijo el hombre.
Para Leon, ese nombre resultaba extrañamente familiar pero no podía sacar ninguna conclusión al respecto.
-"¿D-Dónde Estoy?" Dijo.
-"¿No lo recuerdas? Estás en las instalaciones de CODIAC, has estado viviendo aquí aproximadamente una semana mientras nos ayudabas con nuestra investigación" Le respondió Raffaele.
-"No puedo recordar nada, ¿Qué se supone que estaba investigando aquí?" Preguntó Leon con una mirada vacía.
Raffaele no dijo nada por un par de segundos "¿Seguro que no recuerdas nada? Deberías volver a revisar los documentos que dejaste en tu habitación. Date una ducha, ponte tu uniforme y acompáñame para darte un recorrido por el lugar" Dijo con una sonrisa un tanto falsa.
Leon no dijo nada más. Por muy extraño que pareciese, sí sabía dónde estaba su habitación, lo que lo hacía pensar que probablemente sí estuvo ayudando con la investigación. Al entrar al cuarto notó unos cuantos papeles sobre una de las mesas auxiliares; decían varias cosas que no entendía:
-"...Espectro Invertido, Percepción Extrasensorial, Efecto Zeigarnik..."
¿Qué se supone que significaban esas cosas? Un pensamiento lo golpeó fuertemente: "¿Estos papeles en verdad estaban aquí antes?" Leon simplemente los ignoró por los momentos y revisó el armario. Había una camisa, un pantalón, una chaqueta que decía CODIAC en la parte posterior, un cinturón de pecho para portar armas, y aunque no había un arma ahí, sí había un celular. Al notarlo, otra vez lo desconcertó una pregunta "¿No traía un celular conmigo?", se quedó pensando en eso un buen rato y luego decidió definitivamente darse un baño. Al salir vio su rostro en el espejo, tenía ojeras y el cabello despeinado, "¿Era este mi rostro?", pensó. "Debo estar volviéndome loco" se frotó los ojos y se puso el uniforme, el cinturón y la chaqueta; tomó el celular y trató de ver qué había en él, una vez encendido, se mostró lo siguiente: "Habitación C-06. Acceso: 00261" y luego se vio un pequeño perfil con su foto, edad y nombre.
Leon trató de revisar algunas funciones del celular pero no pudo hacer nada más. Asumió que sí era su celular, y que quizá su reciente falta de memoria lo estaba afectando. Seguido de eso intentó salir de la habitación, el único problema era que no sabía la contraseña de la puerta pero él no era tan tonto, recordó lo que había mostrado el teléfono, eso definitivamente debía ser la forma de entrar y salir de esta habitación.
Ingreso los números uno por uno: 0-0-2-6-1. Aparecieron unas letras verdes que decían "Abierto" en una pequeña pantalla junto al teclado de ingreso. Seguido de eso la puerta se abrió sola y Leon pudo salir.
Raffaele lo estaba esperando afuera.
-"Veo que estás listo. Sígueme, te enseñaré primero esta parte de las instalaciones."
Leon solo asintió con la cabeza, estaba completamente perdido sin pista alguna de lo que él mismo estaba haciendo. Dieron unos cuantos pasos más y Raffaele volvió a hablar.
-"Aquí están las habitaciones del Ala C. Al igual que tú, hay otras personas que también aplicaron para formar parte de esta cooperativa. En total, hay 10 habitaciones, lo que quiere decir que hay otros 9 miembros nuevos además de ti, estoy seguro de que los conocerás pronto." Siguió caminando mientras hablaba. "Esta es la Sala de TEC, se podría decir que aquí es donde verificamos vuestro potencial como miembros y decidimos si aprueban o no."
Leon permanecía en silencio, no sabía como actuar ante la situación, simplemente seguía a Raffaele por todo el lugar mientras él le explicaba. Pasaron por varios pasillos que incluían una biblioteca virtual, varios laboratorios químicos, laboratorios biológicos, almacenes, salas de investigación, un centro médico y el cuarto de cámaras y seguridad. Era impresionante todo lo que había, y eso que se supone que solo íba a mostrarle el Ala C de las instalaciones; el lugar debía ser inmenso.
Finalmente llegaron a una sala con un par de muebles, una cafetería, un bar y varias mesas.
-"Esta es la sala casual, aquí es donde el personal se toma un descanso de las investigaciones. Siempre que te sientas fatigado, puedes visitar esta habitación, la organización no quiere imponer un horario estricto a los miembros; nuestro líder piensa que al dejarlos actuar libremente se puede desvelar un mayor desempeño de su parte." Dijo Raffaele.
Hubo un corto silencio y en ese justo en ese momento se escuchó una voz muy baja salir de adentro de su gabardina. -"Raffaele, necesito que vayas al cuarto de seguridad. Acabamos de sufrir una baja de seguridad muy crítica, necesito que actives el protocolo de emergencia".
Se podía ver el terror en la cara de Raffaele, indiscutiblemente eso era algo muy malo. Raffaele ignoró el recorrido por el momento y fue a toda velocidad al cuarto de seguridad. Leon no evitaba la curiosidad, así que lo siguió. Al entrar, notó que habían pantallas en todas partes y varios teclados, luces y botones. No se había dado cuenta de que Raffaele ya había empezado a teclear a una velocidad increíble, solo le dió tiempo de verlo presionar el último botón, que hizo que una voz se escuchara por todo el lugar.
-"Protocolo de emergencia activado. Aislando Ala C. Cortando acceso exterior. Temperatura: 292,27 Kelvin. Presión Atmosférica: 107,94 KiloPascales. Número de Individuos: Catorce."
-"¿¡Qué!?" Gritó Raffaele, se le veía muy agitado. Leon pudo notar que habló con el cuello de su gabardina, al parecer tenía un micrófono ahí "¿¡Oíste eso!? ¡Catorce Individuos! ¡Hay dos infiltrados! ¡Quiero que vayas alistando a todo el personal, esta situación es muy grave!"
Raffaele se volteó y se dio cuenta de que Leon lo había seguido. Suspiró y le hablo con calma.
-"Debes volver a tu habitación en este instante y cerrar la puerta, por lo que más quieras no salgas de ahí hasta que yo te avise. Por último, necesito que mantengas la calma y no intentes ninguna locura, nosotros estamos preparados para esta situación"
Leon estaba horrorizado, no solo porque todo esto había ocurrido en cuestión de segundos, sino porque no entendía qué demonios estaba sucediendo. Él tenía demasiadas preguntas, pero por los momentos solo hizo caso de lo le habían dicho. Fue a su habitación y se encerró ahí.
Al llegar, la puerta se cerró detrás de él. Tenía mucha ansiedad por saber qué ocurriría afuera. Se lanzó a la cama, y queriendo distraerse de eso, empezó a pensar en como había llegado a este lugar; fue ahí cuando recordó que estaban esos papeles sobre la mesa. Decidió darles una ojeada a cada uno, pero no importaba el esfuerzo que hiciera, no había manera de entender lo que decían. Le dio un vistazo a toda la habitación, trató de encender el televisor pero no podía hacer que funcionara, se dió cuenta de que había una pequeña ranura en la parte de abajo, aunque no sabía para qué servía. Se quedó con la mente en blanco mirando al techo. Pasaron unas dos horas y Leon decidió tomar un poco de refresco del que había en la nevera.
Mientras tomaba, se escucharon varios disparos en el pasillo. Leon saltó de terror y dejó caer el vaso plástico, derramando el refresco. ¿Qué había pasado ahí afuera? Él no se podía mover del miedo, le temblaban las rodillas. Seguido de eso, la luz de algunas lamparas se apagaron, otras titilaban. Leon sucumbió en pánico y por unos instantes olvidó lo que le había dicho Raffaele en el cuarto de seguridad. Se movió lentamente hacia la cama y se volvió a acostar a esperar que todo terminara.
Pasaron otras dos horas y Leon ya se estaba cansando de estar acostado sin hacer nada, sintió que no estaba haciendo nada productivo con solo estar ahí; pero más que eso, él quería saber qué era todo lo que sucedía en el pasillo. Sudando frío, se acercó a la puerta e ingresó la clave de nuevo. La puerta se abrió. Solo algunas luces del pasillo funcionaban, tal cual como su cuarto. Leon estaba muy tenso; salió lentamente de la habitación, miró a su izquierda solo para distinguir el pasillo oscuro; al voltear para ver al lado derecho se llevó un gran susto. Lo que había visto lo dejó petrificado; no solo era el charco de sangre en el piso, había un cuerpo baleado ahí. Una de las luces se encendió por un momento y pudo distinguir mejor el cadáver: un hombre en sus cuarentas, con una gabardina y cabello marrón claro, no había duda de ello, era Raffaele.
Capítulo 6: Una lágrima por nuestras diferencias.
Se quedó unos cuantos minutos quieto, sufriendo de paranoia, sin saber qué había ahí afuera en la oscuridad que pudiera estar acechándolo. Muchos pensamientos desesperados recorrían su mente; Leon tragó la poca saliva que había en su boca. No sabía si era coraje o miedo lo que lo motivó a seguir, pero así lo hizo. Empezó a caminar hacia el tétrico pasillo, donde algunas luces se encendían ocasionalmente. Llegó a un cruce, pero la falta de luz le impedía ver con claridad el otro lado de los corredores; su memoria le indicaba que estaba cerca de los laboratorios químicos. El silencio era abrumador, no se escuchaba ni un eco, ni una voz; nada. Leon siguió caminando sin saber hacia donde iba, para él cualquier lugar lejos de ese cuerpo estaba bien. Ingrato para él, se escucharon un par de pasos por un momento. Él se quedó quieto por un rato; el susto lo volvió estático.
Volvió a caminar luego de unos segundos. Empezaba a sentir que algo lo estaba persiguiendo desde lo profundo de las sombras. A pocas pisadas después, sintió que había pisado algo líquido, y seguido de eso creyó haber pateado algo. No pudo evitar soltar un grito que se escuchó en todo el lugar, y no mucho tiempo después se escuchó un grito de mujer a lo lejos. El miedo lo hizo correr a toda velocidad dentro de la oscuridad, sin saber hacia qué dirección iba.
Pocos momentos después vió un corredor que tenía una luz que cruzaba el que estaba siguiendo. Sin pensarlo dos veces fue allá, solo para encontrarse otros dos cuerpos en el suelo rodeados de sangre. Un hombre y una mujer; ambos jóvenes, de al menos veinte años, tenían batas de laboratorio y parecían haber recibido uno o quizá más disparos. Leon no podía pensar en detalles por ahora. Atrajo su atención una serie de pisadas rojas que caminaban en dirección al pasillo de donde él vino. Él no quería dejar la luz, pero las pisadas le causaban escalofríos y se sentía desesperado por salir del lugar, así que corrió de nuevo. Sin querer, tropezó y cayó de lleno en la sangre que había en el suelo. Estaba caliente. El sentimiento que tenía era difícil de describir, tenía ganas de vomitar pero el terror lo reprimía. Le temblaba la mandíbula. No pudo evitar dirigir la mirada al rostro de la mujer que yacía sin vida ahí. Agobiado e impaciente por alejarse de eso, se levantó, y empapado en sangre ajena y el sudor de sus nervios, corrió de nuevo hacia lo desconocido. Ya no lo soportaba más, había pasado un cuarto de hora corriendo, o por lo menos eso sentía. Cansado, Leon decidió seguir caminando a tempo alto pero seguro no se esperaba lo que íba a encontrar a continuación.
Al tornar a destra en el último tapón, vió a una chica que aparentaba su edad al otro lado del pasillo. Por fortuna, ella sí estaba viva; tenía el cabello color negro y unos penetrantes ojos azules. Se le veía tan asustada como a él; cuando se percató de que la estaban mirando, gritó fuertemente. Leon reconoció el grito, era el mismo que había escuchado antes. Justo antes de salir corriendo, notó que la chica llevaba un uniforme similar al de él que decía CODIAC en su brazo. A pesar de querer escapar de la situación, le aliviaba haber encontrado a otra persona de las instalaciones. Con un nudo en la garganta, decidió hablarle:
-"¿Tr-Trabajas aquí?" Dijo Leon dando un paso adelante.
-"¡No des un paso más!" Respondió la chica, que tomó el arma de su cinturón y lo tenía en la mira. "¿¡Quién eres!? ¿¡Por qué nunca te he visto aquí!? ¿¡Qué es toda esa sangre!?" Dijo mientras le temblaban las rodillas.
Leon se quedaba sin habla, estaba paralizado del miedo, probablemente lo siguiente no fue lo más sensato, pero fue lo único que alcanzó a decir.
-"A-a S-s, L-Le-Leon"
-"¿Tú eres el nuevo, cierto?"
Él ya no podía decir nada por más que lo intentara, simplemente asintió con la cabeza como pudo evitando llorar. La chica suspiró -"Ven conmigo, tenemos que salir de aquí". Rápidamente lo tomo de la mano y lo llevo consigo.
Su mano estaba fría. Leon no dudó en seguirla, cualquier cosa le servía. A decir verdad, él estaba un poco más calmado ahora que ya no estaba solo. Sabía que podía confiar en ella, ya que después de todo, también era miembro de CODIAC. Juntos recorrieron uno de los pasillos iluminados hasta que llegaron a la sala casual.
-"Aquí estaremos a salvo por los momentos" Dijo la chica. "¿Ya estás más tranquilo? Disculpa, no fue mi intención asustarte"
-"E-está bien" Respondió Leon recuperando el aliento.
-"Mi nombre es Lily, llevo tres meses trabajando aquí, se me dió la orden de mantener a salvo a los nuevos ingresos pero no he encontrado a nadie además de ti."
-"¿Podrías decirme qué está pasando?" Le preguntó con un poco más de confianza.
-"Justo ahora, hay dos personas infiltradas en el Ala C. Desde entonces, hemos tratado de localizarlas pero no ha habido reporte alguno de ellos, y a medida que pasa el tiempo, encontramos más personal sin vida." Suspiró. "Es por eso que se me asignó la tarea de cuidar de los nuevos ingresos." Alegaba Lily. "Tú debes ser Leon ¿no?"
-"Sí." Respondió.
-"Raffaele me ha dejado a cargo de ti. A propósito, ¿No lo habrás visto por ahí?"
Esa pregunta lo hizo recordar el cuerpo que había justo en el pasillo afuera de si habitación. Era agobiante el solo pensar que habían ya varios muertos en todo el lugar, y que en cualquier momento le íba a tocar a él. Leon se quedó en silencio mirando a Lily, asustado sin saber qué decirle.
-"Sí, eso me temía..." Dijo Lily con una mirada distante. "Voy a salir, debo buscar a los demás. Por favor, quédate aquí y hagas lo que hagas, no abras la puerta; ciérrala con lo que sea tan pronto salga. Volveré y te sacaré de aquí tan pronto como haya rescatado al resto."
Ella salió lentamente por la puerta. Volteó, miró a Leon una vez más, y luego siguió su camino por los oscuros pasillos. Leon inmediatamente cerró la puerta después de eso, colocando un sofá para trancarla. No mucho tiempo después, se sentó y se quedo completamente tranquilo, tratando de no pensar en nada que lo estresara.
Estuvo un tiempo así, pero conforme esperaba, se impacientaba, así que se levantó y empezó a revisar la habitación. Como vió la última vez, había una cafetería con mucha comida, baños, varias computadoras y estantes con libros. "Campos Morfogenéticos, Cifrado de Playfair, Síndrome de Fregoli" era lo que decían las portadas; nuevamente, cosas que él no entendía. Las pantallas estaban siempre encendidas y todas decían "Acceso a la biblioteca virtual", además, habían dos campos en blanco en cada una: "Operador" y "Contraseña". Ciertamente no tenía idea de qué hacer con eso. Volteó a ver una de las mesas para encontrar unas carpetas con papeles regados. Una de ellas decía "Asphodel - 3" en la etiqueta. Al abrirla se dió cuenta de que solo tenía una hoja adentro; parecía ser un reporte de personal. Leon procedió a leer el documento. Justo en la parte superior estaba escrito lo siguiente:
"Sujeto: Asphodel
-Edad: 51
-Cargo: Fundador/a
-Organización: CODIAC"
No estaba seguro de si eso significaba que el reporte hablaba de ese sujeto, o si era ese sujeto quién había escrito el reporte; eso le causaba una pequeña duda. También decía "Cargo: Fundador/a" y posteriormente "Organización: CODIAC". ¿Acaso este sujeto era el fundador de CODIAC? Leon inmediatamente continuó leyendo.
"Yo, Asphodel, en mi poder de fundador, autorizo al actual investigador y miembro de la organización, Raffaele Klein, para efectuar la captura del individuo Leon De L'auche con vida. Se le asignará una habitación, se le interrogará y se le tratará en la sala de terapia electroconvulsiva. Posteriormente se le asignará un cargo dentro de la organización e iniciará el programa diseñado para el Objetivo 01."
"¿¡Qué!?" contenía su mente después de haber leído tal cosa. El párrafo no tenía sentido para él. "¿Fui capturado?" pensó. "Pero Raffaele me dijo que llevaba aquí meses ¿Fui capturado hace mucho tiempo? ¿Y qué es eso de 'Sala de terapia electroconvulsiva'? ¿¡No será, la sala de TEC!?" La cabeza de Leon estaba a punto de explotar. "Ahora que lo pienso... ¿¡Cuándo fui interrogado!? ¿¡Por qué carajo no puedo recordar nada!?" Y con las dudas clavadas en su mente, siguió con la lectura. Había una parte ilegible, tenía como título "Justificación", y estaba escrita en un lenguaje extraño. Luego de eso había otro pequeño párrafo:
"Hola, Leon, sé que estás leyendo esto". Paró por un momento al leer esa oración, un pequeño escalofrío recorrió su cuello. "Mi nombre es Asphodel, soy el fundador de la organización CODIAC. Mi propósito es guiarte y ayudarte a salir de las instalaciones. No te asustes, puedo asegurarte que te encuentras en una situación perfectamente controlada, todo lo que has visto estaba planeado con antelación. Lamentablemente la situación es muy riesgosa para mí, así que no podré verte en persona, pero he conseguido a alguien que pueda cumplir con la tarea. Lily te ayudará de ahora en adelante, estará ahí para responder algunas de tus preguntas, pero debes tener cuidado de las cosas en las que te interesas, puede que algunas respuestas no sean de tu agrado. También debes cuidarte de lo que hay afuera en los pasillos, no debes hacer nada muy apresurado o podrías estar en grave peligro. Siempre y cuando hagas lo que Lilibeth te ordene, te garantizo que todo saldrá bien. Pronto te reunirás con otros nuevos ingresos, ellos son todos confiables así que no hay de qué preocuparse."
"¿¡Qué mierda es esto!?" Leon empezaba a alterarse. El hecho de que el propio fundador tuviese todo esto previsto no lograba calmarlo. ¿Estaba en sus planes que toda esa gente muriera? ¿Estaba en sus planes que Raffaele muriera? ¿Si está todo perfectamente controlado cómo es que la situación es "riesgosa" para él? ¿Son estas personas, en verdad confiables? "¿Me están usando?" Leon se preocupaba de ser ahora simplemente parte de un experimento, no podía sacar conclusiones de nada.
Estaba agitado. Quería desesperadamente entender, pero no había contexto alguno en el cual él pudiera centrar todo lo que había sucedido. Sus pensamientos cesaron con el sonido de un golpe en la puerta.
"¡Ayuda! ¡Déjenos entrar por favor!" decía una voz jadeando. Era un tanto femenina, diferente a la de Lily.
Seguido de eso se escucharon varios disparos afuera que asustaron a Leon.
"¡Por favor!" La voz decía en sollozo. Se le oía plañir del otro lado de la puerta.
¿Debería abrir la puerta? ¿No le había dicho Asphodel que no hiciera nada apresurado, que solo obedeciera a Lily? Ella le había ordenado no abrir la puerta por ningún motivo, pero al parecer las personas del otro lado estaban en graves problemas ¿Qué se supone que debía hacer Leon ahora?
Capítulo 7: Una lágrima por la serendipia
-Asphodel"
Lily salió por la puerta al comprobar que Leon finalmente estaba calmado. Estaba asustada, agonizando por dentro. No quería hacer el trabajo. "Soy una cobarde" se decía a si misma. "¿Por qué Asphodel me ha ordenado a mí, una novata entre más de cien miembros en esta ala, rescatar a todos los nuevos ingresos? ¿Qué pasó con los miembros de alto rango?" pensaba. Por un corto momento recordó la cara de terror que tenía Leon cuando la vió. "No, debo seguir adelante, no puedo parar ahora, hay personas que cuentan conmigo en estos momentos, no puedo defraudarles".
Prosiguió por los fríos corredores del lugar, tratando de hacer la menor cantidad de ruido posible, sosteniendo su arma con ambas manos, con los dedos lejos del gatillo, tal como le habían enseñado. Caminó sin rumbo por un largo tiempo, tratando de recordar las direcciones que tomaba, hasta que se topó con un cuerpo ensangrentado que yacía en el suelo. Era el cuerpo de Raffaele. Ella ni siquiera se detuvo a llorar, solo mostró una cara de repulsión y tristeza, jadeando sin poder emitir ningún sonido. Se acercó al cuerpo y lo revisó. Tomó su identificación, y se percató de que algo faltaba. Su correa estaba vacía; su arma no estaba. "Quien quiera que haya hecho esto, debió tomarla", dedujo.
Justo al lado había una habitación vacía. Al entrar e inspeccionar el lugar, vió unos papeles en la mesa. Una de las carpetas decía "Leon De L'auche" y no hubo dubitación, la abrió y ojeó la primera página, hubo un párrafo que llamó su atención:
"Leon De L'auche es un sujeto de Clase 6. Posee aptitudes para accesar el campo morfogenético. Actualmente, se le considera espécimen de prueba. Se le serán entregados documentos referentes a dicha virtud y cómo empezar a desarrollarla en los próximos días. Es de vital importancia que el sujeto se familiarice con el contenido. Sus pruebas se llevarán a cabo el día 6 de Marzo."
Sorprendente. A pesar de tener ya un tiempo trabajando para CODIAC, se daba cuenta de lo mucho que escondían esas siglas. Tanta información que desconocía la llevaba a interesarse más en la lectura. Siguió revisando los papeles y se dió cuenta de que otra de las hojas hablaba de lo que era el campo morfogenético.
"La teoría de los campos mórficos fue desarrollada por el escritor, parapsicólogo, Alfred Rupert Sheldrake en 1981, explicada en su libro 'Una Nueva Ciencia De Vida: La Hipótesis De La Resonancia Mórfica'. Esta teoría establece que todos los seres, nos encontramos conectados mediante una dimensión no palpable: El Campo Mórfico; y que debido a eso, la información puede ser transmitida de un objeto a otro sin necesidad de ellos tener alguna interacción. Su más reconocido arquetipo es el que postula que mientras más y más personas saben algo, es más fácil aprender la información para aquellas que la desconocen.
En uno de sus experimentos, tomó tres rimas japonesas similares. La primera de ellas, una secuencia de palabras sin sentido alguno; la segunda, un verso nuevo; y la tercera, una rima tradicional de japón. Ninguno de los niños a los que se les hizo memorizar estás rimas sabía japonés. De las tres, la rima que se les hizo más fácil memorizar fue la rima tradicional japonesa.
Este y otros varios experimentos llevaron a Sheldrake a concebir que existe un campo de patrones habituales que conecta a todos los seres vivos, que influencia y es influenciado por las costumbres de las personas. Mientras más fuerte es un patrón en dicho campo, mayor será la probabilidad de que alguien más adquiera ese hábito, ya sea conocimiento, comportamiento o percepción.
Durante el tiempo, se ha debatido esta teoría infinidades de veces, pues, al parecer no sólo explica el cambio en algunos seres vivos, sino que también soporta el comportamiento de algunos objetos inmóviles, como cristales, equipos electrónicos y demás. Se ha llegado a cuestionar qué tan permisivo es el campo, y qué se puede lograr al poder alcanzar tal fuente de información. Actualmente, el acceso al campo morfogenético es una prioridad de investigación en las instalaciones de CODIAC."
Lily se quedó perpleja. Era imposible que algo como eso existiese ¿o sí?. Trató de buscar más información para complementarlo, pero los demás documentos utilizaban un lenguaje muy técnico como para comprenderlo, con detalles acerca de experimentos y resultados. No muchos segundos después, recordó que tenía un trabajo que cumplir; no debía estar perdiendo el tiempo con eso. Salió de la habitación y siguió buscando a los demás en los pasillos.
No había ningún ruido, el aire se sentía denso. Lily volvió a ver el cuerpo de Raffaele mientras se iba; le causó un disgusto enorme el ver a su superior ahí tirado. Volteó hacia la otra dirección, sostuvo su arma y siguió caminando con el corazón acelerado.
Llegó a un pasillo con mucha luz. Al final se podía ver la silueta de una persona, más específicamente, alguien con una chaqueta de las instalaciones.
-"¡Identifícate!" Dijo Lily, esperando que el hombre le respondiera.
Él no dijo nada, de hecho, siguió caminando hacia adelante mientras sacaba un arma de su chaqueta. Era un rostro familiar para ella, de eso no había duda. Esas marcas en las mejillas; esas ojeras; el cabello hacia atrás... ...era muy pronto para sacar conclusiones, pero definitivamente no le gustaba para nada lo que había visto, se había quedado paralizada como si hubiese visto a un fantasma. Súbitamente se oyó el sonido del disparo y sintió una pequeña brisa pasarle cerca del rostro. El miedo la hizo correr; escapar de ahí. Varios disparos más se escucharon; sea quien fuese, no la quería viva, eso era seguro.
Como un rayo, se dirigió a la sala casual para esconderse. "Sí soy una cobarde después de todo" pensó. "¿Qué está pasando? ¿Cómo es que él está ahí?" se dijo a si misma. "¿¡Cómo es que Raffaele sigue vivo!? Yo vi su cuerpo ahí tirado ¿¡Y qué demonios le pasa!?"Al pasar por las habitaciones normales se dio cuenta de que el cuerpo de Raffaele seguía en el suelo. Ella podía escuchar los pasos que la seguían; alguien venía por ella, con intenciones de matarla. "¿¡Cómo es esto posible!?" seguía pensando, sin poder entenderlo. Al llegar al frente de la sala casual, vió en el suelo un rastro de sangre que entraba por la misma puerta por la que había salido antes. En medio de un breve conflicto emocional, dejó salir una lágrima que rodó por su mejilla. Lo único que temía ahora era que algo le hubiese pasado a Leon; ella sabía que él era importante, y le había prometido a Asphodel que cuidaría de él.
Capítulo 8: Una lágrima por el silencio
-"¡Ayuda, Por favor!" se escuchaba del otro lado, mientras alguien golpeaba la puerta repetidamente con apuro, como si algo los estuviese persiguiendo.
Leon no podía esperar más, sentía remordimiento por dejar a los otros afuera, todavía sumergidos en llanto y jadeo. Se llenó de valor, y quitó el sofá que había usado para bloquear la puerta, que seguidamente abrió de par en par, sosteniendo el corazón en la garganta del miedo.
Eran dos personas; ambas portaban el uniforme de la instalación. Una chica de ojos verde oscuro, era difícil diferenciarlo con tantas lágrimas ocultando su color. Ella tenía cabello largo y rubio, con varios mechones que le cubrían el rostro. Un rostro que gritaba auxilio, aún en silencio. Su mirada lo guió por sus brazos hasta notar que ayudaba a otro joven de cabello largo, color marrón. Él tenía una profunda herida en su hombro derecho, causado por lo que parecía ser un disparo de bala. Toda su camisa estaba llena de sangre y a duras penas se notaba que estaba vivo.
-"¡Por favor!" le decía la chica, mirando a Leon fijamente en los ojos.
En ese momento un súbito mareo lo hizo tambalearse, y un recuerdo lo atrapó por completo. Se encontraba en una escuela, en medio de clase. El profesor hablaba de seguridad escolar, de cómo reaccionar ante una fractura. A pesar de que le resultaba dificil tener claro qué pasaba en dicho momento, pudo distinguir un par de sombras a su lado. Era una chica y un chico. Él le decía "Leon ¿vamos hoy al canal?" por alguna razón sus rostros se veían borrosos. "Leon ¿estás bien?" decía la chica, "¿Quieres que te acompañe a la enfermería?". Fue entonces cuando recobró la conciencia, se dio cuenta que estaba de vuelta en la sala casual de CODIAC. Algo lo hizo moverse, una parte de él, algo incontrolable lo llevaba adelante, una especie de instinto.
-"¡Rápido, acuéstalo sobre la mesa y cierra la puerta!" dijo Leon. "¿Qué le sucedió?"
-"¡L-Le dispararon en el hombro!", ella le respondió, secándose las lágrimas.
La chica hizo lo que se le ordenó; tomó al chico y lo acostó en el mesón de una forma un tanto torpe, dejando sus extremidades caer primero. Luego cerró la puerta y trancó la entrada con el sofá. Leon, por otro lado, no dudo ni un momento y buscó uno de los botiquines de primeros auxilios que había en cada habitación. Él primero le abrió la camisa, tomó el desinfectante y prosiguió a esterilizar la herida con un algodón. El joven gritó con mucha fuerza, expresando un inmenso dolor.
Leon agarró un anestésico del botiquín, lo aplicó sobre la herida y seguido de un par de minutos, suturó el agujero de bala que tenía. El otro chico no paraba de gritar a pesar de que ya debía haber hecho efecto.
-"¿N-no vas a-a sacarle la bala?" preguntó la chica, algo sorprendida.
-"No." Respondió Leon.
-"¿¡Pero no es eso peligroso!?" Insistió.
-"Hacer eso podría dañarle aún más el tejido. En realidad, es falso que dejar una bala en el cuerpo es peligroso. Al ser disparadas, se calientan enormemente; para cuando entran al cuerpo, ya están completamente estériles y no presentan ningún riesgo de infección. Por lo pronto lo mejor es parar el sangrado, que es un problema mayor." Decía mientras volvía a desinfectar el área de la herida.
Le colocó un pequeño parche, cubriendo el lugar de la sutura, y luego lo vendó con gasa. Él mismo estaba estupefacto, puesto que no tenía idea de qué acababa de hacer. "¿Cuando aprendí todo esto?" pensó. El joven trató de levantarse, cansado, apoyando el codo en la mesa.
-"¿Cual es tu nombre?" le dijo mirándolo con cautela.
-"Leon De L'auche" Respondió. "¿Y el tuyo?"
-"Damon Alistel, y ella es Irina Klein". Contestó, llevando su mano al hombro.
-"Yo... ...Gracias" dijo Irina, un poco agitada, aún dejando rodar lágrimas por sus mejillas.
"Irina... ...Klein..." Ese apellido él ya lo había escuchado antes, pero ¿dónde?.
-"¿Eres un nuevo asistente médico? Creo que es primera vez que te veo aquí" preguntó Damon, desconcertado.
-"No, no soy médico" respondió Leon.
-"Entonces ¿¡cómo hiciste eso!? ¡No nos enseñaron eso en nuestro entrenamiento!" dijo Damon.
-"Y-yo... ...N-no lo sé" expresó, observando el vacío, con una cara de confusión quizá mayor a la de los otros dos.
-"Dime, eres de los nuevos ingresos ¿verdad?" Dijo Irina, tratando de calmarlo.
-"Sí" contestó.
-"Nosotros también; de hecho, nos pasa lo mismo: saber cosas sin tener idea de por qué" agregó ella, simpatizando la situación.
-"Y-yo... no recuerdo nada de lo que hacía antes de ser miembro, solo quiero salir de aquí" dijo Leon, quebrando un poco su voz.
-"A decir verdad, yo tampoco recuerdo nada. Solo sé que de un momento a otro, estaba en la sala de TEC y me decían que era un nuevo miembro de CODIAC." Damon habló de nuevo. "No tenía idea de qué hacer, eso fue hace unos tres días."
-"A mi me sucedió igual, hace dos días. Las únicas personas que había conocido hasta ahora eran Damon, y otra chica más experimentada, llamada Lilibeth" Dijo Irina.
-"E-ella; ella me ayudó a venir aquí. M-Me dijo que esperara mientras buscaba a los demás nuevos." comentó Leon, inseguro de si era la misma persona de la que estaban hablando.
-"¡¿Qué!? ¡P-pero eso solo significa que está afuera corriendo peligro!" Damon fue interrumpido por un grito desgarrado, desesperado, que exclamaba auxilio desde afuera.
-"¡¡LEON!! ¡¡ABRE LA PUERTA!! ¡¡RÁPIDO!!" se oyó, causando pánico en toda la habitación.
-"¡E-es Lily!" dijo Irina, sobresaltándose. "¡Ayúdame a mover esto!"
Definitivamente era ella, Leon pudo reconocer esa voz, esos gritos. Irina y Leon se levantaron instantáneamente para quitar el sofá que bloqueaba la puerta doble y abrirla. Colocó ambas manos debajo y movió con todas sus fuerzas; alcanzando la puerta en un apuro.
-"¡Ciérrala, ahora!" Dijo Lily, después de haber entrado corriendo, dejando saludos para luego.
Juntos volvieron a impedir la entrada y Lily suspiró notablemente, rompiendo en llanto y lágrimas en cuestión de segundos.
-"Todos..." susurró. "Todos están aquí, a salvo. Raffaele... él... él sigue vivo, él trató d-de m-m-matarme y-y me estaba siguiendo". dijo con una respiración irregular. Se sentía el terror en su habla.
-"Estas segura ahora, calma, pero este Raffaele ¿Quién es?" preguntó Irina.
-"Y-yo no entiendo qué está pasando. Él estaba m-muerto, yo lo acabo de ver. E-e-él estaba ahí tirado en el piso. Pero c-cómo es que entonces estaba s-siguiéndome. Y-yo corrí, yo..." decía Lily, haciendo caso omiso a lo que le habían preguntado, con ojos tórridos, sujetándose la cabeza con las manos en señal de confusión y locura.
Eso era cierto, Raffaele estaba muerto, Leon estaba completamente seguro de eso. Él mismo lo había visto. Lo que decía Lily no tenía ni el más mínimo sentido, pero honestamente ¿qué cosa tenía sentido en este lugar? Desde que tiene conciencia, lo único que sabe es que es un nuevo miembro de esta extraña organización, sin saber a qué se dedica o siquiera qué trabajo se supone que debe cumplir. Desde ese entonces, este día ha sido una cadena de hechos insólitos que han estado atormentando el lugar, y según parece, poniendo en riesgo la vida de todos.
Nadie tenía nada que decir, el silencio era abrumador y no sabían como manejar este problema. Leon se dignó de hablar y romper el hielo prontamente.
-"Raffaele es uno de nuestros superiores, un hombre alto, algo viejo, de cabello marrón hacia atrás. Tiene una chaqueta igual a la nuestra y lleva su arma en la cintura." dijo.
-"Eso suena como el hombre que me disparó" añadió Damon a la conversación.
-"N-necesito agua" dijo Lily, llorando mientras se levantaba y se dirigía a la pequeña cafetería que había allí.
Nuevamente, las palabras de Lilibeth dejaban un silencio incómodo, como si no pudiera pensar en qué hacer ahora. Algo los condenaba a permanecer rígidos en su lugar, sin hacer ningún ruido. Fue entonces cuando algo hizo un eco muy fuerte en las instalaciones: una voz algo familiar que sembraba un gran temor en todos.
-"Reporte Básico Solicitado. Ala C. Temperatura: 291,10 Kelvin. Presión Atmosférica: 107,21 KiloPascales. Número de Individuos: Seis."
Capítulo 9: Una lágrima por la revolución.
-"Vamos... a morir" dijo entre lágrimas.
-"Apuesto a que somos los unicos miembros que quedan" se sumó Damon al diálogo.
Los otros solo miraron friamente a lo lejos, tratando de convencerse de que lo que ellos decían no era verdad. Pasó una hora de silencio. Lily se levantó y se acercó a la cafetería de nuevo, tomando varios de los emparedados que habían alli.
-"Tomen. Deben comer algo. Pasaremos buen tiempo aquí encerrados." rompió el incomodo silencio, asumiendo papel de líder del grupo.
Nadie se opuso. Todos comieron lo que pudieron, dando pequeños mordiscos al principio; dejando la tristeza a un lado y empezando a mostrar sus instintos por otro. No pasó mucho antes de que se sintieran un poco mejor. Lily suspiró e inició una nueva conversación:
-"La única forma de salir de aquí es conectando manualmente esta ala con el ala B o el ala D. Debemos prepararnos si queremos lograr esto. Por casualidad ¿no tendréis un plano de las instalaciones?"
."Podría buscar uno en alguna de las computadoras que están alla. Si mal no recuerdo, me enviaron uno al unirme" Respondió Damon después de varios segundos, señalando con el dedo a los monitores.
El grupo se levantó con cansancio y bajas esperanzas, dando pasos lentos y cortos, mientras Damon se acercaba a uno de los teclados y empezaba a ingresar sus datos. Sorprendentemente, algo sucedía tal cual como se esperaba; era reconfortante saber que no todo carecía de sentido.
"¿Qué... es esto?" Se oyó decir a Damon mientras expresaba confusión ante la pantalla.
Leon se acercó para contemplar la causa de tal reacción. La pantalla mostraba claramente un perfil de miembro: "Leon De L'auche" decía en el título. Súbitamente todos tornaron su vista al ordenador, mientras Damon leía el mensaje adjunto.
-"E-Este mensaje dice que soy tu nuevo guía..." dijo Damon, aún atónito.
La noticia era un poco impactante, aunque no era todo lo que había por ver. Adjuntos estaban otros dos perfiles de civiles comunes. Un chico llamado "Yugo Sato" y una chica llamada "Camille-Anne Sartre". Su información era escasa, pero las imagenes fueron más que suficiente para que Leon sufriera un dolor de cabeza tan grande que le ocasionara un terrible mareo. Empezó a sudar frío y halucinar cosas. Al minuto, ya había colapsado en el suelo.
Al despertar luego de varias horas de inútiles intentos de hacerlo recobrar la conciencia, se levantó lentamente y giró la cabeza a ambos lados, dándose cuenta de que el resto del grupo dormía. Todos a excepción de Lily, que estaba acostada en el suelo mirando al vacío, con las manos detras de la cabeza.
-"Veo que has despertado" dijo ella sin hacer contacto visual, susurrando para no despertar al otro par. "Yo... no puedo dormir"
-"... ¿Qué está pasando?" preguntó Leon una vez más...
-"No lo sé... no voy a mentirte" respondió después de un suspiro. "No tengo ni la más mínima idea"
Leon no supo qué más decir. Era algo agobiante el pensar que ninguno de ellos sabía qué estaba sucediendo, pero el silencio y la tranquilidad que contrastaban con sus sentimientos de hace un rato le permitieron tomarlo con calma.
-"Raffaele... no sé cómo..." volvió a hablar Lily. Se veia bastante desconcertada. "Estoy asustada, Leon... No sé qué debo hacer ni por qué me han asignado este trabajo" añadió. "...Aunque quizá no debería decirte eso; yo soy la que tiene que dar el ejemplo aquí."
-"Él sigue con vida ¿no? Yo también lo vi al lado de mi habitación" dijo Leon, mirando al suelo distante.
-"Entonces no ha sido solo cosa mía. Vale, pensé que estaba volviéndome loca..." sonrió por un momento. "Uno de ellos es un intruso, estoy segura de eso."
Él solo observo alrededor de la habitación, notando a Irina y a Damon aún durmiendo, respirando lentamente. Sus ojos se movieron por todo el lugar, inspeccionando cualquier cosa fuera de lugar. Fue en ese momento cuando se percató de que habían varias cámaras de seguridad en las esquinas de la sala, cosa que lo perturbó un poco.
-"Hay cámaras aquí ¿No creerás que Raffaele podrá encontrarnos?" preguntó, algo paranóico.
-"No. Solo Asphodel tiene acceso a ellas. Si Raffaele tuviése acceso a ellas, ya nos habría encontrado a nosotros cuatro. Aunque sí deberíamos movernos pronto; no es seguro quedarnos en el mismo sitio por mucho tiempo." respondió Lily con seriedad.
-"Tienes razón, supongo." asintió sin pensarlo demasiado.
-"Dime, Leon ¿Conoces a un chico llamado Sato y a una chica llamada Camille?" le preguntó ella tratando de sacarle el tema. Eso la traía con curiosidad desde que Leon se desmayó.
Leon vaciló por un segundo. Algo le había golpeado fuertemente pero no tenía pista alguna de qué era. Sin importar lo mucho que él lo pensara, no lograba recordar el aspecto de esas personas, aunque si tenia vagas memorias de sus voces, hablándole en medio de clases.
-"No logro recordarlos del todo, pero siento que ya he escuchado esos nombres antes."
-"Ya veo." Lilibeth lo miró por un segundo, cambiando su foco al instante. "Los archivos que encontramos antes... dicen que eran compañeros de clase con los que solías juntarte"
Él no podía recordar nada, ni siquiera de su infancia. Mientras más trataba de volver en el pasado, más le costaba pensar en las cosas que había hecho. No podía recordar a su familia ni a nadie que hubiese visto antes. A decir verdad, todo eso lo estaba empezando a molestar y a fatigar.
-"¿Crees que puedas enseñármelos de nuevo?" preguntó Leon, un poco emocionado y asustado al mismo tiempo.
-"Necesitaría la contraseña de Damon para eso" le contestó. "Tu amiga, Camille. El archivo dice que sufrió un accidente hace poco, aunque hay detalles incompletos acerca de qué le sucedió en realidad. Dice que estuvo en coma inducido por un tiempo." continuó, tratando de ayudarlo a recordar algo.
Leon no sabía que sentir al respecto. No tenía la suficiente empatía como para entristecerse o alegrarse de que estuviera bien; después de todo para él, Camille seguía siendo una desconocida.
-"Disculpa. No puedo recordar nada de eso." dijo Leon.
-"Está bien, no te forzaré a hacerlo. Probablemente no sea tan importante; mucho menos ahora que tenemos otra prioridad." Lily razonó. "Deberíamos dormir ya. Gracias por escucharme." dijo mientras se acomodaba para descansar, volteándose al otro lado y ocultando un poco su cálida sonrisa. "Buenas noches"
-"Buenas noches" le respondió él, haciéndo lo mismo.
Ninguno se dió cuenta de que había amanecido ya que no había ninguna ventana que pudiera ofrecerles claridad. Nadie había despertado salvo Leon, que no durmió mucho y miró la hora en el celular que tenía en su bolsillo todavía:
-"7 de Marzo. 8:21 a.m."
Aún no podía recordar nada. No tenía idea de que lo habían secuestrado; que su amiga de la infancia Camille había sufrido un grave accidente; y que le habían borrado la memoria para experimentar con él. Para él todo estaba fuera de control: de repente estaba en un lugar extraño sin saber nada de su pasado siendo aparentemente amenazado por dos intrusos que lo matarían sin dudarlo, y por alguna extraña razón tenía una habilidad indescriptible que le permitía saber cosas que no debería. Él solo se quedó pensando mientras los demás aún dormían, aunque con una mente vacía no había mucho que hacer: "¿Si hay dos Raffaeles, entonces quién es el otro intruso?" se preguntó a si mismo. Fue entonces cuando un pequeño bipido que salía de una de las computadoras llamó su atención, haciendo que se levantara y fuera a revisar. Al acercarse al monitor descubrió que había un mensaje:
-"Lily, es Asphodel. Tengo malas noticias para ustedes: Raffaele sabe que están allí y está acercándose ahora mismo; no hay tiempo para explicaciones. Necesito que sigan al pie de la letra lo que les voy a decir a continuación. Tanto Damon como Leon deberán ir al extremo norte del Ala C y trasladarse a la conexión del Ala B; yo abriré el acceso para que ellos puedan huir y resguardarse lo más pronto posible. Irina y tú tomarán la vía contraria e irán hacia el Ala D; pasarán por los cuartos del arsenal y tomarán armas para defenderse, pues se presume hay alguien más actualmente en donde se encuentran. El resto de los miembros han sido todos evacuados; cuento con ustedes. Las encontraré en el Ala D personalmente para darles más instrucciones."
Los ojos de Leon se abrieron rápidamente, mostrando asombro. Un golpe de estrés y desesperación lo sorprendió con ese recado. ¿Hace cuánto había llegado ese mensaje? No había ninguna hora plasmada en la pantalla. Raffaele podría bien estar al otro lado de la puerta, buscando una forma de entrar. En un apuro, corrió a donde estaban los demás y decidió despertar a Lily primero:
-"¡Lily, Lily! ¡Esto es terrible, despierta!" dijo mientras la sacudía un poco.
Ella no tardó en abrir los ojos y escuchar lo que Leon tenía que decir. Secuentemente se acercó al monitor para comprobar lo que decía el mensaje y despertó a los demás. Todos debían moverse cuanto antes; la habitación había dejado de ser segura por el momento. Tanto Irina como Damon repasaron el plan nuevamente y sin pensarlo demasiado salieron ambos grupos, cada uno tomando su propio camino. Irina y Lily se fueron hacia el lado derecho del pasillo, mientras que Leon y Damon tomaron el camino izquierdo.
-"No creas que confio en tí todavía; hay algo que no me da buena pinta, pero no hay mucho que pueda hacer al respecto en este estado. Toma; tú sabras usarla mejor que yo" dijo Damon aún adolorido por el disparo de bala mientras le acercaba su arma a Leon.
-"No te culpo. Aunque honestamente no sé en quién puedo confiar y en quién no." le respondió, tomando la Beretta y llevándola consigo.
-"Aleja el índice del gatillo, es peligroso; solo acercalo cuando vayas a disparar." le aconsejó el chico.
De tal manera, siguieron caminando por los oscuros y tenebrosos pasillos de las instalaciones, mientras Damon le daba indicaciones a Leon acerca de la ruta que debían tomar. Lily e Irina por otro lado, habían recortado mucho camino en poco tiempo a pesar de ir a un ritmo lento pero seguro. Un par de disparos hicieron eco en el lugar, lo que las hizo dudar acerca de la seguridad de los otros dos. Sin embargo, continuaron su ruta, puesto que Asphodel se los había ordenado. Ambas empezaban a acercarse al Ala D cuando escucharon varios pasos que se acercaban por uno de los pasillos a su derecha. Irina se asomó con miedo; su corazón palpitaba con fuerza mientras observaba el corredor con forma de 'T' que se dividía al final. No era muy largo. Con el incremento de fuerza de los pasos, aquella persona armada pasaba de largo mientras ambas se escondían contra una de las paredes. Irina, que había logrado identificarlo, facilmente reconoció el cabello castaño y el perfil de ese rostro.
-"Es Leon... y lleva una pistola" le susurró a Lily.
-"Pero, ¿no se supone que Leon y Damon habían ido al ala C?" le preguntó ella sin esperar ninguna respuesta.
Capítulo 10: Una lágrima por la confianza.
-"Dime, Damon ¿Tienes alguna idea de lo que sucede con Raffaele?" se escucho en medio de la tranquilidad de las instalaciones.
-"Tengo una pequeña teoría, aunque no podría decirte con certeza" respondió, pensando bien si era una buena idea contarle. "Llevo poco tiempo aquí, pero he podido tomarme un momento para estudiar los archivos que me fueron encomendados." Damon bajó la mirada un poco y suspiró brevemente. Ya había comenzado a explicarle, no había vuelta atrás. "Uno de ellos hablaba de algo llamado campo morfogenético: una especie de cuarta dimensión que alberga todos nuestros conocimientos en cualquier período de tiempo. Básicamente, sugiere que podemos acceder a conocimientos que hemos tenido en cualquier momento de nuestras vidas, pero también está implícito que se pueden obtener de cualquier persona..." Él lo miró a los ojos; parecía decir las cosas con mucha convicción "...y hubo algo en particular que me llamó la atención: el documento decía algo acerca de obtener conocimientos de otras líneas temporales. Se que esto aún no responde tu pregunta, pero creo que puede explicar el por qué sabemos cosas que normalmente no deberíamos. Adjunto a ese había otra hoja con una imagen de las raices de una planta. Esta otra decía que el tiempo funciona como las raices de un árbol: se divide en miles de posibles resultados diferentes causados por las decisiones que tomas cada día, y que todos ellos son paralelos y se mueven hacia una misma dirección: el futuro."
-"Vale, pero ¿a dónde quieres llegar con todo esto?" Le preguntó Leon, aún confundido. Para él, toda esa explicación se sentía como un lavado de cerebro. ¿Cómo es que Damon sabía tanto con tan solo haber estado en CODIAC unos cuantos días?
-"De acuerdo, iré al grano" contestó con prisa, casi antes de que Leon terminara de hablar mientras seguían avanzando, "El día que fui aceptado como miembro en CODIAC encontré una carpeta sobre el escritorio de mi habitación. Estaba titulada 'Convergencia de líneas temporales'. Asumo que puedes deducir el resto por ti mismo."
-"Sí, creo que entiendo un poco. Aunque algo no me quedó muy claro. ¿Si dos líneas del tiempo convergen, no deberían las personas también juntarse con su otro yo?" prosiguió Leon a pesar de no tener mucha idea del asunto.
-"Ahí... es donde mi teoría se queda corta."
La conversación terminó abruptamente. Leon no sabía que más preguntar; a decir verdad, parecía estar más confundido que antes. Damon no añadió nada más tampoco. Ambos siguieron, paso a paso en una incómoda situación. El momento de tranquilidad se rompió al escuchar unos pasos aproximándose de frente. Estuvieron alerta pero no había donde esconderse y aquella persona solo se acercaba más y más. Era él. La silueta de Raffaele estaba allí a lo lejos, percatándose de la presencia de aquél par. El hombre al final del pasillo subió su mano repentinamente para apuntarles con el arma que tenía. Leon, aterrorizado, por primera vez tomó iniciativa y como un rayo colocó a Damon en sus hombros, corriendo inmediatamente en dirección opuesta. Teniendo un arma o no, él sabía que no era rival para nadie, mucho menos Raffaele, que según sabe lo mataría en un santiamén. El sentimiento de trepidación y miedo lo empujaba hacia adelante. Así fue como unos cuantos disparos atravesaron todo el largo del corredor, pasando apenas a unos centímetros de Leon y Damon. El aire denso hacía más difícil moverse, pero él seguía; Leon se esforzaba por escapar a toda costa; se volteó un par de veces para responder con otro disparo pero nada lograba darle al hombre que los perseguía. La adrenalina era incontrolable para ambos. Corriendo a toda velocidad a través del ala C lo perdieron de vista; Aparentemente lo habían despistarlo después de cruzar unas cuantas veces en las intersecciones, pero esto solo representaba un problema: no había manera posible de que llegaran al ala B con vida mientras Raffaele siguiera ahí.
Las chicas aún se escondían tras la pared mientras Leon seguía caminando por el pasillo. Irina le indicó por medio de señas a Lily que aún no debían salir; que era más seguro quedarse ocultas. Aunque honestamente, ni si quiera ella sabía el por qué habría de ser peligroso; simplemente fue así, causado por una especie de sexto sentido. Él, por otro lado, solo continuó sin voltear, perdiéndose en la oscuridad. Fue entonces cuando Irina se asomó de nuevo para ver a donde se había ido y notar que ya no estaba; él parecía haber desaparecido de todo el perímetro. Ambas tomaron el camino que Asphodel les había sugerido y con unos cuantos atajos llegaron al fin al ala D.
-"Es aquí, aquí nos debería estar esperando Asphodel, la conexión debería estar abierta" dijo Lilibeth con una pequeña angustia; algo no andaba bien.
-"Espera ¿Qué es eso?" exclamó Irina, señalando algo que había en el suelo a pocos de metros de la conexión entre ambas alas.
A una corta distancia de las grandes puertas que unían ambas secciones se encontraban un par de pistolas y una especie de nota.
-"Esto debió haberlo dejado él" dijo Lily mientras tomaba la nota y leía en voz alta: "Están cargadas. Corran al Ala B. Leon y Damon están en grave peligro."
Tanto Lily como Irina se sobresaltaron al escuchar las palabras retumbar en sus oidos. Ninguna dudó lo que decía la nota. Ellas solo tomaron las armas y empezaron a correr lo más rápido que pudieron al Ala B, obviando la oscuridad; sin ningún miedo. Toda la inseguridad se desvaneció al saber que los otros dos estaban en grandes problemas. Con firmeza en sus manos para tomar las armas, se dirigieron al otro lado de las instalaciones, pensando solamente en qué podía haberles pasado a los otros dos. El regreso fue en grandes zancadas a toda velocidad por la ruta que habían tomado previamente. Lo que iban a encontrar a continuación representaría quizá el momento más confuso y estresante de todas sus vidas.
En un tapón con forma de T estaban Damon, Leon, y Raffaele; Los dos chicos estaban justo en medio de todo el asunto; Leon y Raffaele -que se encontraba en el pasillo de la derecha- se apuntaban entre sí. Pero eso no era lo más desconcertante; lo más impactante de todo no era el hecho de que ambos podían morir con un paso en falso; lo más impactante era que en el pasillo de la izquierda se encontraba un segundo Leon, apuntando a su vez al dichoso par de chicos que no se habían percatado de su presencia y que ahora se encontraban en una muy apretada situación.
La estupefacción duro poco. Irina le apuntó a Raffaele sin pensarlo dos veces; no importaba lo conflictivo que fuese aquél momento, estaba confirmado para ella que Raffaele no era de confiar. Aunque para Lily el caso no fue el mismo; su mente quizá trabajó muy rápido pero aún no le encontraba explicación. Ella no sabía a cuál de los dos Leon debía apuntarle, cualquiera de ellos podía ser un traidor. Estaban todos tensos; el silencio era inquietante y nadie movia ni un solo pelo. Cada uno de ellos podía sentir sus propios latidos acelerándose ya sea por miedo o por simple emoción. Todos respiraban fuertemente; cansados; desesperados porque alguno de ellos cometiera un error o algo que les diera alguna ventaja, pero nadie pestañeaba siquiera. Lily miraba fijamente a todos y a ninguno a la vez. Él estrés los empezaba a consumir y fue en ese justo instante cuando el fuerte sonido de un disparo llenó todo el silencio de CODIAC, causando la muerte de una persona.
Capítulo 11: Una lágrima por los caídos.
El sonido de múltiples disparos se escuchó en esos pasillos, haciendo eco por todo el lugar. Tres personas perdieron la vida en ese encuentro. Lily pudo ver como los matices de las emociones en sus rostros se desvanecían en cuestión de segundos mientras ella no podía moverse del miedo, dudando de si era correcto apretar el gatillo y matar a quienes alguna vez pensó eran confiables. Ella solo observó como caían, uno por uno; disparo tras disparo. Raffaele fue quién tomó la iniciativa, apuntándole a Leon. No obstante, quién sufrió por ello fue Damon, que intentó protegerlo del disparo recibiéndolo en el cuello, y casi por reflejo, Irina también formó parte del tiroteo. La chica respondió inmediatamente, poniendo una bala justo en la cabeza en la cabeza de Raffaele. Por último, el Leon del que apenas se habían percatado fue el que terminó el evento, cobrándole la vida a su doble en el acto.
Damon, Leon, y Raffaele. Sus cuerpos yacían en el suelo sin vida. Uno con un hoyo en la cabeza; otro asfixiado con su propia sangre; y un tercero que falleció de un tiro preciso al corazón. Lily no podía reaccionar por más que lo intentara; su pulso era irregular y le sudaban las manos. El aire se sentía denso y frio. Sin embargo, eso no le impedía sostener aún su arma frente al único Leon De L'auche que quedaba en pie, aunque no sabía que hacer o qué decir.
-"¿¡Quién eres!?" Amenazó Irina, apuntándole a él.
-"Estoy de tu lado" Dijo Leon, mientras colocaba su arma en el suelo en señal de rendición.
-"¡Pruébalo!" Le respondió ella, aún con un tono que no mostraba piedad.
-"Yo fui quién les dió esas armas" contestó, causando otro incómodo silencio.
-"¡Leon, ya basta de incoherencias! ¡Dinos quién eres y cuál es tu propósito!" dijo Irina, soltando unas cuantas lágrimas.
Los rostros de Lily e Irina empezaron a volverse mucho más tristes. Ninguna sabía la razón de todo lo que había pasado y ahora había otro enigma más frente a ellas. La tensión se desbordaba y no podían contener la angustia de lidiar con lo desconocido, sin mencionar la pila de cadáveres a su lado. Era evidente que Leon era la raíz de todo el problema y no importa de qué manera lo vieran, él nunca dejó de ser alguien sospechoso. Leon era supuestamente nuevo en las instalaciones; bien pudo haber pretendido ser parte de CODIAC todo este tiempo. No obstante, lo que dijo fue suficiente para probar que se equivocaban al dudar de él.
-"Soy Asphodel" exclamó, dejando sin aliento al par.
Quizá fue un tanto cliché. Lily pudo verlo venir, pero simplemente no entendia el por qué de todo. ¿Cuál era el punto de hacer que todos se cruzaran y arriesgaran sus vidas? ¿Ese era su plan, no? ¿Acaso Asphodel cometió un error? Aquella persona en la que Lilibeth confiaba ciegamente quizá no era tan omnipotente. Quizá Asphodel no lo sabía todo y solo empeoró las cosas. Aún así, ella no pudo hacer nada más que caer de rodillas y llorar, soltando su arma. Se había dado por vencida ya. A Lily ya no le importaba lo que sucediese; prefería recibir un tiro en la cabeza a seguir viviendo y recordando lo que acababa de presenciar.
Irina, por otro lado, aún dudaba de la veracidad de las palabras de Leon. Ella pensaba que Asphodel no se hubiese permitido tal equivocación, y en caso tal de que todo sucediera como él lo había planeado, debía dar una buena explicación, porque gracias a eso la persona en la que ella más confiaba había muerto.
-"¿Por qué?" dijo Lily en medio del llanto. Dejando claro con sus emociones que solo quería acabar con el conflicto de una vez por todas.
-"Porque pensé que valía la pena intentarlo" le respondió, tratando de ser considerado pero fallando en ello. Parecía tener una expresión muy cínica, como si en verdad supiera qué hacer aún después de la matanza.
Sumergida en ira, desesperación, confusión, y falta de control, Irina cerró los ojos y sin dudarlo mucho tiró del gatillo, gastándo así su última bala. Las salpicaduras de sangre ajena ya no significaban nada, pero sin importar cuantas veces lo oyeran, no podían estar preparadas para el sonido del seco disparo. ¿Acaso él merecía la muerte? Para Irina, él era solo un manipulador. Ella solo deseaba salir de la extraña organización y olvidar lo sucedido de una vez por todas.
-"Debemos irnos" le dijo a Lily, mientras ésta otra se había quedado congelada del miedo. Irina acababa de matar al fundador de CODIAC.
Curioso como la líder del grupo terminó siendo la más inútil. Irina se acerco a Asphodel y registró su chaqueta donde encontró su tarjeta de acceso. Con ella, fácilmente iban a poder abrir todas las conexiones del Ala C y escapar de una vez por todas del infierno que CODIAC representaba. Alfin iban a poder ver la luz del día y relajarse, pero tan pronto como intentaron moverse, un fuerte dolor de cabeza casi simultáneo las hizo desmayarse, inundándo los corredores de una agobiante tranquilidad. Su ruta de escape se desvanecía mientras todo se volvía negro y perdían la conciencia, tal y como a Leon le había sucedido ese característico cinco de Marzo.
Al abrir los ojos, Lily se dió cuenta de que aún seguía en el mismo cruce de pasillos. Todos los cuerpos seguían ahí, manchando el suelo de rojo, pero Irina no estaba por ningún lado; su arma tampoco. ¿Acaso ella la había sentenciado a morir sola? Los recuerdos de todo lo que había pasado la abrumaron hasta el punto de sentarse y sentir una terrible presión en el estómago. La urgencia que tuvo de vomitar se hizo evidente cuando lo poco que había comido ya estaba sobre el piso. Lágrimas de terror y malestar corrieron por sus mejillas mientras se levantaba, y sin idea de a dónde ir o siquiera cuál dirección era la correcta, Lily empezó a vagar los pasillos de CODIAC sin rumbo alguno.
El silencio y la similitud en cada cruce y cada habitación era congruente sin duda; sangre y muerte se apoderaron del lugar por completo. Paso a paso el cansancio empezaba a causar estragos en su cuerpo, impidiendo que caminara como normalmente. Su estómago estaba hecho un desastre; tenía un leve dolor de cabeza; respiraba con irregularidad; sus músculos reaccionaban con lentitud; todo parecía indicar que no había esperanza alguna. Notó que las paredes seguían frías al apoyarse contra ellas, llegando lentamente a la sala casual, donde le esperaba algo aún peor.
Tras el monitor de una de las computadoras de la habitación se encontraba otra persona caída: Irina estaba tendida justo al lado de la silla sobre un enorme charco carmesí, con un escalpelo clavado en el pecho. Ninguna muerte se sintió tan impactante como lo que estaba frente a sus ojos. Su única y verdadera esperanza se había desvanecido. Finteó con el cuerpo inmediatamente, solo para voltear a ver por segunda vez la escena, segundos después. Lilibeth se sentía derrotada; no había nada más que pudiera hacer pues para ella su final había sido decidido. De lo más profundo de su ser, gritó en sinónimo de insanidad; su voz se desgarró al instante. Quizá ella debía tomar el escalpelo y hacer lo mismo; acabar con su vida de una vez por todas -o al menos eso pensaba ella.
Decidida, se acercó a la rubia sin vida y tomó la herramienta en cuestión con ambas manos, sacándola de la herida. Con miedo, levantó el escalpelo y se detuvo observando fijamente el monitor. En la pantalla claramente se reflejaba un artículo que trataba específicamente de Irina. Un segundo vistazo le permitió identificar la tarjeta de Asphodel sobre el escritorio; la había usado para accesar información clasificada. Con curiosidad, colocó el objeto punzante junto a la tarjeta y se dedicó a leer con cuidado el texto:
"Sujeto: Irina Klein
Edad: 17 años
Tipo de Sangre: O-
Cargo: Investigación de Laboratorio
Clase: 4
Producto de Gemelación Artificial. Embrión donado por el investigador de alto rango y padre "Raffaele Klein".
Irina Klein - 00128 es el primer embrión preimplantatorio dividido de el espécimen alienado "Aria Klein" en sobrevivir un período mayor a 5 meses. Su desarrollo fue exitoso y saludable durante sus primeros 15 años. Desde los inicios de su adolecencia se le ha permitido el libre albedrío en el ala G de las instalaciones y se ha recurrido a la terapia electroconvulsiva anual para la preservación de su estado mental. Al cumplir los 16 años de edad se le fue asignado un cargo menor dentro del plantel y se ha continuado con su supervisión sin ningún contratiempo.
[Ver Reporte Completo]
El Sujeto 00128 estuvo involucrado en un caso controversial que violaba el código de ética de la organización. Más específicamente los artículos 8 y 9 del capítulo 3: Relación entre miembros, los cuales establecen claramente la prohibición de relaciones sanguíneas entre sujetos de prueba, miembros y personal general. Un expediente especial fue abierto por la dirección principal en el que se permitió el uso del sujeto 00128 como espécimen de investigación para el acceso de campos morfogenéticos. La interacción entre Raffaele Klein y el sujeto fue prohibida parcialmente de acuerdo a lo establecido en la resolución correspondiente. El miembro Raffaele Klein solo puede establecer contacto luego de 8 meses posteriores a la última terapia electroconvulsiva."
Apenas pudo terminar de leer el resumen se sintió forzada a parar. Era demasiada información no deseada. El reporte básicamente aclamaba que Irina era un clon de la hija de Raffaele, y lo que es aún mas grave: fue sujeto de prueba. La pobre chica quizá nunca pudo vivir lo que otras de su edad están acostumbradas a experimentar. Conociendo la seriedad de los experimentos llevados a cabo en CODIAC, estaba claro que ella no tuvo ningún tipo de diversión. La sanidad de Lily se había esfumado hace horas, pero leer algo tan crudo no la beneficiaba en lo absoluto. Sus ojos permanecían abiertos mostrando perplejidad. Sin embargo, la curiosidad la carcomía tanto como a su compañera. Ella también quería ver qué decía su propio reporte, así que sin renuencia empezó a buscar su nombre en la base de datos: "Lilibeth Graves", solo para arrepentirse antes de presionar la última tecla. En segunda instancia, Lily buscó lo que siempre había deseado saber desde que empezó a trabajar en la organización, esperando poder dar con alguna explicación: "Asphodel".
Y eso es todo por ahora :3